Las mentiras flagrantes del gobierno de Ecuador

Lo tartufócratas de Carondelet mienten para justificar sus acciones. La primera vez que me percaté de ello fue en una entrevista hecha a Alexis Mera, asesor jurídico de la Presidencia del Ecuador. En ella decía, mientras defendía la creación de una órgano de regulación a la prensa, que en Ecuador “no hay control a los medios escritos y sí debe haberlo, como en todos los países del mundo”. Señalaba enseguida que “las leyes británicas, por ejemplo, son durísimas en los temas de responsabilidad ulterior”. “Son terribles”, concluía.

Lo dicho por Mera es simplemente MENTIRA. No existe ningún órgano gubernamental de regulación de medios escritos en Reino Unido, mucho menos leyes “durísimas” en tema de responsabilidad ulterior de los mismos. La prensa escrita en Reino Unido goza de la más absoluta libertad. Lo único que existe es un ente privado, conformado de forma voluntaria por los propios medios, que se llama Press Complaints Commission. Esta organización funciona en base a un código de buenas prácticas consensuando por los propios editores de los medios, y prevé un trámite para que los lectores que se sientan afectados presenten quejas puedan acudir. La “sanción” prevista es que los medios aludidos publiquen en sus páginas las conclusiones a las que llegue la PCC. Los medios tienen la opción de aceptarlo, o no. ¡Uy, qué terrible!

Pero mucho más grave fue lo que escuché recientemente del propio Presidente del Ecuador. En una entrevista de radio con la periodista Estéfani Espín, Correa defendió la siguiente pregunta dispuesta en la consulta popular que su Gobierno promueve:

“¿Está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas, de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como lo establece el anexo 3?”

Correa señaló enfáticamente que tal posibilidad sería simplemente emular lo que hacen otros Estados del mundo, como EEUU, donde los banqueros sólo pueden ser banqueros.

Eso es MENTIRA, o una verdad a medias cuando menos.

En Estados Unidos, efectivamente, un banco no puede ser dueño de otros negocios. Es decir, Bank of America no puede ser dueña de acciones en General Motors. Hasta ahí todo bien. No obstante, los “directores y principales accionistas” de Bank of America pueden ser a la vez accionistas, directores o simples empleados de General Motors, Mc Donalds, Los Angeles Times, tres carretillas de hot-dogs, o de lo que quieran. Esto significa que lo que propone la consulta popular, en la pregunta antes trascrita, no sucede en Estados Unidos, donde accionistas y directivos de bancos son libres de invertir su dinero donde quieran y dedicarse a lo que quieran. Lo mismo que sucede con los directivos y accionistas de medios.

Y para muestra, sólo un par de botones: Warren Buffett tiene acciones y controla una infinidad de empresas en diversas áreas, que incluyen bancos, fondos de inversión, inmobiliarias, industria alimenticia y demás. Por su parte, el magnate Samuel “Sam” Zell es accionistas principal y codirector de una infinidad de empresas igual de diversas, a la vez que director de Tribune Company, un conglomerado mediático que, entre muchas otras cosas, es dueño de nada menos que Los Angeles Times.

A Estéfani Espín, Rafael Correa le mintió. Eso, o el mandatario ecuatoriano está mal asesorado; lo cual, teniendo en cuenta que su asesor jurídico es el antes mencionado Alexis Mera, es una opción bastante probable.
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