El timbre cambiario llama a más incertidumbre

El timbre cambiario llama a más incertidumbre
Publicado el: 20/11/2015
El Gobierno nacional está analizando la propuesta del “timbre cambiario” (TIC) elaborada por el ex vicepresidente del Ecuador, Ec. Alberto Dahik, como alternativa a las salvaguardias arancelarias (sobretasas del 5% al 45 a 2.800 partidas de importaciones). En junio pasado, Dahik afirmó que el timbre cambiario no ha sido aplicado aún por ningún país.


Con el TIC se pretende dar “flexibilidad cambiaria” dentro de un sistema dolarizado. Básicamente consiste en que los cupos de importación son subastados a los importadores y su recaudo sería destinado para subsidiar a los exportadores afectados por la apreciación del dólar.
En este artículo veremos por qué el timbre cambiario no es la medida más adecuada para promover las exportaciones y el crecimiento económico. También mostraremos cómo la implementación del TIC puede crear incertidumbre y afectar la estabilidad de la dolarización. Finalmente, el mecanismo de subastas del timbre cambiario favorecerá a grandes empresas en perjuicio de pequeños y medianos importadores, lo que atenta contra la libre competencia y la libertad de elegir del consumidor ecuatoriano.

1.- ¿Por qué el Gobierno impuso las salvaguardias?
Son dos las razones del oficialismo para fijar las salvaguardias desde inicios de 2015: 1) la caída del 50% del precio internacional de petróleo con respecto a años anteriores; y 2) la apreciación del dólar estadounidense frente al resto de monedas. El impacto de estos dos factores externos sobre la economía ecuatoriana ha resultado en una reducción de las divisas ante menores ingresos provenientes por exportaciones (petroleras y no petroleras) y un abaratamiento de las importaciones ante el mayor poder adquisitivo del dólar en el exterior.
Con las salvaguardias, las autoridades pretendían sustituir importaciones con producción nacional y favorecer a los exportadores a través del drawback (devolución de aranceles e impuestos a ciertos exportadores.
2.- Efectos de las salvaguardias
Los resultados al tercer trimestre del 2015 muestran que la situación comercial se ha empeorado con respecto al año anterior (déficit de $1.681 millones versus superávit de $527 millones) y que las sobretasas arancelarias han castigado las importaciones de materias primas e insumos, perjudicando a la producción nacional y al sector exportador al encarecer su costo de producción.
Según fuentes oficiales, hasta octubre de 2015, las salvaguardias arancelarias han generado ingresos para el fisco por $636 millones y varios exportadores afirman que el drawback ofrecido todavía no ha logrado ser implementado eficazmente.

3.- ¿Entra el timbre cambiario y salen las salvaguardias?
Considerando que las salvaguardias tienen una vigencia hasta junio de 2016, es muy probable que el Gobierno de Ecuador las sustituya por el TIC que tiene el mismo efecto restrictivo sobre las importaciones. De esta manera, el régimen cerraría el capítulo de las salvaguardias con la Organización Mundial del Comercio… para abrir uno nuevo.
Adicionalmente, dada la compleja situación de las finanzas públicas con un nuevo déficit anunciado que supera los $2.400 millones, existe la tentación de que esta medida sea utilizada como una herramienta fiscal para alimentar el Presupuesto del Estado o que los recaudos del timbre cambiario no lleguen en su totalidad al grupo de exportadores beneficiados por el subsidio.

4.- Lo que no se ve detrás del timbre cambiario
A continuación las consecuencias no intencionadas de esta propuesta:
a.- Nueva restricción cambiaria para sustituir restricción comercial. El timbre cambiario no promueve la productividad y no mejora la competitividad sistémica. Consiste en un subsidio financiado por el sector importador para favorecer a ciertos exportadores. La asignación de recursos dependerá de la capacidad de cabildeo y negociación política de los gremios, todo esto acentuado por el calendario electoral de 2017. Por ende el TIC no contribuye al crecimiento económico sostenido y conlleva a prácticas mercantilistas que atentan contra el libre comercio.
b.- El timbre cambiario es un sistema de control de cambios. En un sistema dolarizado, el timbre cambiario no tiene razón de ser pues la adopción del dólar como moneda oficial implica la renuncia a emitir dinero sin respaldo y a fijar los tipos de cambio. La introducción e implementación del timbre cambiario puede generar más incertidumbre que confianza en los agentes económicos. Esta medida puede tener efectos directos e indirectos sobre la banca y el sistema financiero como acelerar el retiro de depósitos y la consecuente contracción del crédito, afectando así al sector productivo. Otra consecuencia es que emergerán mercados paralelos con un dólar oficial y un dólar intervenido para los importadores.
c.- Subastas privilegian a grandes empresas. El timbre cambiario favorecerá a las grandes empresas con músculo financiero que están en condiciones de participar en las subastas y perjudica a pequeñas y medianas empresas importadoras que no están en situación de ofrecer un valor premio por su cupo actual o nuevo de importación. Así, esta medida atenta contra la libre competencia y afecta al bolsillo y la libertad del consumidor que deberá pagar más por los productos (materias primas, insumos y/o bienes finales) provenientes del exterior.
d.- Timbre cambiario: un remedio peor que la enfermedad. La salvaguardia fue concebida como una medida temporal y antes de buscar una alternativa, lo esencial es plantear la naturaleza del problema. Varios expertos sugieren que los precios bajos de petróleo (por debajo de $60-$100 por barril) seguirán en el mediano plazo mientras que el dólar mantendrá su tendencia al alza ante las políticas monetarias expansivas de la Eurozona y las perspectivas de menor crecimiento de China. Por lo tanto, el “problema externo” que afecta la economía ecuatoriana no es temporal y requiere de soluciones estructurales y no de tipo parche como las salvaguardias o el timbre cambiario. ¿Acaso cuando se deprecie el dólar se invertirá el subsidio y los exportadores tendrán que compensar a los importadores?

El problema es la falta de divisas y la solución es simple: hay que eliminar las salvaguardias y otros obstáculos al comercio, a la innovación y al emprendimiento. De esta forma se puede atraer nuevas inversiones y dinamizar la producción, el comercio y las exportaciones con la menor intervención estatal posible mediante la reducción de costos e ineficiencias que se traducen en mayor competitividad y valor agregado para todos.

En síntesis, el timbre cambiario (al igual que las salvaguardias) es una mala idea que podría convertirse en una mala política pública y con malos resultados económicos.

Autor: Ec. Fabián Chang.

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